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¿La Deshidratación Produce Fiebre? Señales y cómo Prevenirlo

La deshidratación es un problema de salud que muchas personas tienden a subestimar, pero que puede tener consecuencias graves para el cuerpo. Uno de los efectos y preguntas más preocupantes es si la deshidratación puede causar fiebre.
En Somos El Agua tu salud es nuestra prioridad. Por eso, en este artículo vamos a contarte cómo la falta de líquidos puede afectar la regulación térmica de tu cuerpo, cómo la deshidratación puede causar fiebre y cuáles son las señales a las que tenés que prestar atención.
Cómo la deshidratación afecta la regulación térmica del cuerpo
El cuerpo humano depende de un equilibrio adecuado de líquidos para funcionar correctamente. El agua no solo es esencial para procesos metabólicos, sino que también juega un papel crucial en la regulación de la temperatura corporal. Cuando estamos bien hidratados, el cuerpo puede liberar calor a través de la transpiración y la evaporación, ayudando a mantener una temperatura estable.
Sin embargo, cuando experimentamos deshidratación, el cuerpo pierde su capacidad de regular la temperatura de manera eficiente. De esa manera, la deshidratación puede interferir en el proceso de sudoración e impedir que el calor sea liberado adecuadamente. Como resultado, la temperatura interna del cuerpo puede elevarse, y una de las posibles consecuencias es el desarrollo de fiebre.
En ese caso, la fiebre no es causada directamente por una infección, sino por la incapacidad del cuerpo para regular su temperatura debido a la falta de líquidos.
Causas comunes de la deshidratación
La deshidratación puede ocurrir por diversas razones. Algunas de las causas más comunes son:
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No consumir suficientes líquidos: Esto puede suceder especialmente en climas calurosos o durante actividades físicas intensas. Cuando no bebemos suficiente agua, nuestro cuerpo no tiene lo necesario para funcionar correctamente.
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Transpiración excesiva: La transpiración excesiva durante ejercicios intensos o exposición a altas temperaturas puede provocar una pérdida de agua significativa, eso aumenta el riesgo de deshidratación.
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Enfermedades y fiebre: Las infecciones virales o bacterianas pueden hacer que el cuerpo pierda más líquidos de lo normal, especialmente cuando hay fiebre, vómitos o diarrea.
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Consumo excesivo de alcohol o cafeína: Ambas sustancias tienen un efecto diurético, eso significa que aumentan la producción de orina y pueden llevar a la pérdida de líquidos.
Lectura recomendada: Síntomas de deshidratación en adultos mayores
¡Atención a estos síntomas!
Los síntomas de la deshidratación pueden variar según su gravedad, pero algunos de los más comunes incluyen:
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Sed intensa: Uno de los primeros signos de deshidratación es la sensación de sed. Si sientes sed constantemente, es importante que bebas agua para evitar complicaciones.
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Boca y piel seca: La piel pierde su elasticidad cuando estamos deshidratados, y la boca se siente pegajosa o seca.
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Orina oscura o poca cantidad: La orina concentrada es un signo de deshidratación. Si notás que tu orina es más oscura de lo normal o si vas al baño con menos frecuencia, es hora de hidratarse.
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Fatiga o mareos: La falta de agua puede hacer que te sientas cansado, débil o incluso mareado. Estos síntomas ocurren cuando el cuerpo no tiene suficiente líquido para transportar oxígeno y nutrientes a las células.
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Fiebre: Como mencionamos, la deshidratación puede interferir con la regulación térmica del cuerpo y eso causa fiebre. Si experimentás fiebre junto con otros síntomas de deshidratación como piel seca, fatiga y mareos, es importante que tomes medidas para rehidratarte lo antes posible.
Fiebre por deshidratación: ¿Cuándo consultar con un médico?
Si la fiebre es el resultado de la deshidratación, la situación puede volverse peligrosa si no se trata adecuadamente. La fiebre severa puede causar daño a los órganos internos y, en casos graves, puede resultar en un golpe de calor o insuficiencia renal.
Si tenés fiebre junto con signos graves de deshidratación como confusión, piel fría o pegajosa, respiración rápida o pulso débil, es fundamental que busques atención médica inmediatamente.
Consejos para prevenir la deshidratación
Prevenir la deshidratación es importante para evitar los riesgos asociados que trae esta condición. Estos son algunos consejos prácticos para asegurarte de que tu cuerpo se mantenga hidratado:
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Tomá agua regularmente: No esperes a tener sed para tomar agua. Intentá tomar pequeñas cantidades de agua a lo largo del día, especialmente si es un día de mucho calor o si estás haciendo ejercicio.
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Aumentá tu consumo de líquidos cuando estés enfermo: Si estás luchando contra una fiebre, vómitos o diarrea, tenés que consumir más líquidos. Los líquidos con electrolitos, como las bebidas deportivas, pueden ser útiles en estos casos.
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Evitá el alcohol y la cafeína en exceso: Ambos son diuréticos y pueden aumentar el riesgo de deshidratación. Si estás tomando alcohol o cafeína, compensá con agua para mantener el equilibrio.
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Una buena alimentación: Los alimentos ricos en agua, como frutas y verduras (sandía, pepino, naranjas, etc.), también pueden ayudarte a mantenerte hidratado.
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Utilizá dispensers de agua: Los dispensers de agua, como los modelos frío-calor, son una excelente opción para tener acceso constante a agua fresca y a la temperatura ideal. Estos dispensers fomentan el consumo de agua a lo largo del día y eso te ayuda a prevenir la deshidratación de manera efectiva.
La importancia de mantener una buena hidratación
El agua es esencial para una gran cantidad de procesos biológicos en el cuerpo. Ayuda a transportar nutrientes, regula la temperatura corporal, protege los órganos vitales y mejora el rendimiento físico y mental. Mantener una buena hidratación no solo previene la fiebre y otras complicaciones derivadas de la deshidratación, sino que también mejora tu bienestar general.
Si no tenés el hábito, es importante que incorpores ejercicios diarios que te ayuden a mantenerte hidratado como alarmas o llevar con vos un vaso muy grande lleno. Tener acceso a agua fresca y de calidad puede marcar la diferencia en tu salud y en tu capacidad para mantenerte con energía.
Tips para tomar más agua en tu día a día
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Tené siempre agua a mano. Llevar una botella reutilizable te ayuda a recordar que es importante hidratarte. Si la tenés cerca, vas a tomar más seguido.
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Probá con soda. Si te cuesta tomar agua, la soda es una excelente alternativa. Aporta frescura y puede hacer que sea más fácil incoporporar el hábito, sobre todo en las comidas.
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Sumá un dispenser frío-calor. Está comprobado que tener agua siempre disponible a la temperatura ideal hace que la gente tome más. Un dispenser en casa facilita la hidratación durante todo el día.
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Dale sabor naturalmente. Agregar rodajas de frutas, menta o pepino al agua puede hacer que sea más tentadora sin necesidad de azúcares ni aditivos.
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Usá recordatorios. Si te olvidás de tomar agua poné alarmas en el celular o usá apps de hidratación para mantener el hábito.
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Creá rutinas de hidratación. Un vaso de agua cuando te despertás, otro antes de cada comida y uno antes de dormir pueden ayudarte a cubrir la cantidad diaria recomendada.
Hidratarte es más fácil de lo que parece
En Somos el Agua tenemos un compromiso con el bienestar y la salud. Por eso, contamos con un montón de opciones para que mantenerte hidratado sea una costumbre incorporada en tu rutina y que se adapte a tus necesidades.
Por ejemplo, ¿sabías que podés tener un dispenser de frío-calor en tu mesada y ocupar menos lugar en tu cocina? No subestimes el poder de un simple hábito como tomar un vaso de agua con regularidad. ¡Tu cuerpo te lo va a agradecer!

Sobre el autor: LIc. Melina Ayude
* Nombre completo: Melina Ayude
* Carrera: Lic. en Comunicación Audiovisual
* Universidad de egreso: Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)
* Perfil de LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/melina-ayude-bb125791/