Es una modalidad que alterna entre los tiempos de ayuno y alimentación. El ayuno induce la alteración coordinada de mecanismos metabólicos y transcripcionales. Estudios en roedores apoyan la hipótesis de que el AI y la restricción de alimentos durante la noche, permitiría mejorar los perfiles metabólicos y reducir los riesgos de obesidad, enfermedades crónicas, diabetes y cáncer.
Existen tres parámetros que caracterizan un régimen de ayuno:
La intensidad de la restricción de alimentos y bebidas: es decir cantidad y tipo de alimentos y bebidas que pueden permitirse durante los períodos de ayuno. La intensidad de un período de ayuno varía desde la omisión completa de comida y bebida (ayuno puro) a una ingesta mínima de comidas específicas destinadas a mantener el estrés metabólico.
La frecuencia de los períodos de ayuno
La duración de los períodos de ayuno
Por lo tanto, dependiendo la modalidad, la interrupción del mismo se realiza tras el consumo de cualquier alimento/bebida con aporte calórico distinto al agua (ayuno puro) o liberando la restricción calórica impuesta durante dicho período.
Más allá de lo expuesto, se necesita más investigación para evaluar:
Tipo de restricción energética
Número de días de ayuno por semana
Grado de restricción energética necesaria en los días de ayuno y, de ser así, si podría facilitar la mejoría metabólica a largo plazo.
La modalidad de ayuno depende del estilo de vida y la tolerabilidad de cada individuo. Es necesario garantizar asesoramiento profesional en todos los casos.
No está indicado este tipo de alimentación en personas que padecen o han padecido lo siguiente:
Trastornos de la conducta alimentaria
Tendencia al estrés
Ansiedad