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¿Cómo evitar la deshidratación en bebés?

En Somos El Agua entendemos que la hidratación es fundamental para la salud y el desarrollo de los más pequeños. Los bebés son especialmente vulnerables a la pérdida de líquidos, ya que su cuerpo tiene una menor reserva de agua y se deshidratan más rápido que los adultos. La deshidratación en bebés puede ocurrir de manera rápida y silenciosa, por lo que es esencial conocer sus causas, síntomas y las medidas preventivas necesarias para protegerlos.
En este artículo reunimos información completa, recomendaciones actualizadas y consejos prácticos para mantener a tu bebé bien hidratado, incluso durante enfermedades, calor intenso o episodios de diarrea y vómitos.
¿Qué es la deshidratación en bebés?
La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere, afectando el equilibrio de agua y electrolitos esenciales para el funcionamiento de órganos y tejidos. En bebés, este desequilibrio puede presentarse con mayor rapidez debido a su pequeño tamaño y metabolismo acelerado.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los menores de 2 años tienen un riesgo especialmente alto de deshidratación, que puede ser causada por:
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Diarrea o vómitos
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Fiebre alta
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Exposición a calor extremo
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Ingesta insuficiente de líquidos
Si no se detecta a tiempo, la deshidratación puede generar complicaciones graves e incluso requerir hospitalización.
Señales y síntomas de deshidratación en bebés
Reconocer los primeros signos de deshidratación es clave para actuar rápidamente. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
Síntoma |
Qué indica |
Observación práctica |
Boca y labios secos |
Pérdida de humedad en mucosas |
Labios agrietados o lengua pegajosa |
Menos pañales mojados |
Reducción de la producción de orina |
Menos de 4-6 pañales en 24 horas en bebés menores de 6 meses |
Ojos hundidos |
Falta de líquidos en el organismo |
Ojos opacos o sin brillo, más marcados que lo habitual |
Letargo o irritabilidad |
Falta de energía o incomodidad |
El bebé está más cansado, menos activo o llora más de lo normal |
Fontanela hundida (en bebés menores de 1 año) |
Deshidratación moderada o severa |
La zona blanda de la cabeza se nota más baja que lo habitual |
Importante: La presencia de varios de estos síntomas requiere consulta inmediata con el pediatra.
Principales causas de deshidratación en bebés
Algunas de las causas más frecuentes en la deshidratación en bebés incluyen:
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Diarrea y vómitos
Las enfermedades gastrointestinales aumentan la pérdida de agua y sales minerales. Es la causa más común de deshidratación en bebés menores de 2 años. -
Fiebre
La temperatura elevada aumenta la pérdida de líquidos a través del sudor y acelera el metabolismo, lo que incrementa las necesidades de hidratación.
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Calor extremo
Durante los meses de verano o en ambientes muy calurosos, los bebés pierden líquidos rápidamente. Evitar la exposición directa al sol es crucial.
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Ingesta insuficiente de líquidos
La lactancia insuficiente o la preparación incorrecta de fórmulas infantiles puede provocar déficit de líquidos y nutrientes esenciales.
Cómo prevenir la deshidratación en bebés
La prevención es la mejor estrategia. Algunas recomendaciones prácticas incluyen:
1. Lactancia materna frecuente
La leche materna aporta agua, nutrientes y electrolitos esenciales. Durante episodios de calor o enfermedad, ofrecer el pecho con mayor frecuencia ayuda a mantener al bebé hidratado y a fortalecer su sistema inmune.
2. Fórmulas infantiles adecuadas
Si el bebé consume fórmula, es importante preparar la cantidad correcta y seguir estrictamente las indicaciones del pediatra. La proporción de agua y polvo debe ser exacta para evitar déficit o exceso de líquidos.
3. Control de líquidos en días de calor
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Mantener el ambiente fresco y ventilado.
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Evitar la exposición directa al sol en las horas más calientes (10 a 16 h).
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Ofrecer líquidos adicionales si el bebé tiene más de 6 meses, siguiendo las indicaciones médicas.
Edad del bebé |
Líquidos recomendados aproximados |
Observaciones |
0-6 meses |
Lactancia materna exclusiva |
No se recomienda agua adicional salvo indicación médica |
6-12 meses |
Lactancia + agua o líquidos apropiados |
Hasta 100-150 ml por día si hay calor o fiebre |
1-2 años |
Agua, leche y alimentos con alto contenido hídrico |
Ajustar cantidad según actividad y temperatura |
Qué hacer si tu bebé está deshidratado
Si detectás síntomas de deshidratación:
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Consultar al pediatra: La atención profesional es fundamental. Incluso síntomas leves pueden progresar rápido.
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Rehidratación oral: Usar soluciones de rehidratación recomendadas por la OMS o indicadas por el médico. Evitar jugos, refrescos o bebidas azucaradas que pueden empeorar la diarrea.
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Monitoreo constante: Controlar la cantidad de pañales, la temperatura, el comportamiento y la ingesta de líquidos hasta que el bebé recupere su estado normal.
La deshidratación severa requiere atención médica urgente, hospitalización y monitoreo constante si hay somnolencia extrema, vómitos persistentes o signos de shock.
Consejos adicionales para mantener a tu bebé hidratado
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Observar la producción diaria de pañales: un bebé hidratado orina regularmente y con orina clara.
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Ajustar la ingesta de líquidos según edad, peso y clima.
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Durante enfermedades o fiebre, aumentar la frecuencia de tomas de leche o líquidos recomendados.
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Mantener contacto constante con el pediatra para asesoramiento personalizado.
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Evitar ofrecer bebidas con azúcar o café que pueden deshidratar al bebé.
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Ofrecer alimentos ricos en agua (frutas, verduras) cuando el bebé ya tenga alimentación complementaria.
Mitos y verdades sobre la hidratación infantil
Mito: “El bebé sabe cuándo tiene sed y no necesita que se le ofrezcan líquidos.”
Verdad: Los bebés menores de 6 meses no siempre pueden comunicar sed. Es responsabilidad del cuidador ofrecer leche o líquidos adecuados.
Mito: “Dar agua a un bebé menor de 6 meses siempre es seguro.”
Verdad: El exceso de agua puede ser peligroso y afectar el equilibrio de electrolitos.
Mito: “Solo la fiebre indica deshidratación.”
Verdad: Otros signos como labios secos, letargo o pocos pañales son igual de importantes.
La importancia de prestar atención
La deshidratación en bebés es un riesgo real pero totalmente prevenible si se reconocen las señales a tiempo y se aplican cuidados adecuados. La combinación de observación diaria, lactancia o fórmula frecuente, rehidratación segura y control del entorno garantiza que tu bebé se mantenga saludable y protegido frente a la pérdida de líquidos.
En Somos El Agua sabemos que mantenerse informado, seguir las recomendaciones médicas y aplicar hábitos de cuidado constante son las mejores herramientas para cuidar la hidratación de tu bebe y asegurar su desarrollo saludable. Elegí siempre agua segura, confiable y equilibrada para tus hijos.

Sobre el autor: LIc. Melina Ayude
* Nombre completo: Melina Ayude
* Carrera: Lic. en Comunicación Audiovisual
* Universidad de egreso: Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)
* Perfil de LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/melina-ayude-bb125791/